El municipio de El Vellón se encuentra situado a 48 kilómetros al norte de  Madrid. Su nombre hace referencia a los abundantes secaderos de “vellones” de lana de las ovejas que había en el término. La oveja está representada también en su escudo municipal.

Está asentado sobre una pequeña colina en la Vega del Jarama y al oeste de la comarca de la Sierra Norte Madrileña. Con una superficie de 35,3 km2 y una población cercana a los 2000 habitantes,  posee una altitud media superior a los 800 m., comprendida entre los 946 m. en el extremo noroeste del término, cercano a la atalaya de Venturada, y los 650 m. junto al cauce del río Jarama.

El municipio  consta de dos núcleos de población: El Vellón, núcleo principal,  a una altitud de 888 m. y El Espartal, pedanía situada a escasos 5 km en dirección éste,  y a 710 m. de altitud, fundada por los monjes cistercienses como una explotación agraria.

Los terrenos de El Vellón pertenecieron originalmente a la Comunidad y Villa de la Tierra de Talamanca, provincia de Guadalajara. En el año 1564 El Vellón pudo separarse y formar su propia jurisdicción, tras haber sido comprado el lugar por la familia de D. Antonio de Eguino y Zuguiarre, de origen vasco.

En el año 1786, El Vellón pasó de depender de la provincia de Guadalajara a la de Madrid, a través de un intercambio de municipios entre ambas provincias para darse mayor cohesión y continuidad , evitando los enclaves que tenían cada una en territorio de la otra.

Especial importancia tiene el Caserío de la Aldehuela, conjunto de vivienda y dependencias agropecuarias, actualmente de propiedad privada, que parecen tener su origen en antiguas construcciones cistercienses, sobre las que el Cardenal Cisneros, en el Siglo XVI fundó una granja proveía de pan y vino a la Universidad de Alcalá y al Colegio de San José de la Aldehuela.

Los innumerables caminos rurales,  vías pecuarias, caminos de servicio del Canal y pequeñas sendas que cruzan el término permiten todo tipo de actividades deportivas al aire libre como ciclismo, hípica o senderismo. También pueden practicarse actividades como la recogida de frutos silvestres (setas, espárragos, moras y endrinas), la observación de aves, el  estudio y catalogación de especies botánicas, muy interesantes en la zona debido a su gran diversidad geológica, donde se pueden encontrar desde cuarzos, micas o granates a buenas calcitas cristalizadas e incluso jacintos de compostela.